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La raíz de tu liderazgo

entrena tu ser comienza tu hacer Oct 22, 2021
Dos líderes en la misma circunstancia haciendo exactamente lo mismo pueden generar resultados completamente diferentes, dependiendo de la raíz que habita en ese espacio interior desde el cual opera cada uno.

 

¡Mis saludos cordiales a todos mis queridos lectores y atletas intelectivos!

Conocemos mucho sobre lo que los líderes hacen y cómo lo hacen. Pero sabemos muy poco acerca del espacio interior del líder, de la raíz o el origen desde el cual operan.

Por eso quiero compartir contigo un poco sobre esa fibra invisible y desconocida de tu liderazgo y la naturaleza de este espacio interno donde se oculta esa raíz. Es un tema que puede ser un misterio para nosotros hoy y que entiendo hace falta develar, pues tiene mucho que ver con tu éxito como líder y de los frutos que obtendrás.

En el ámbito del management y del liderazgo transformador vemos que se habla muy poco de esta dimensión interior, donde reside la raíz desde la cual hacemos lo que hacemos, tampoco se habla de las técnicas específicas para mejorar nuestro desempeño “desde dentro”.

Esta falta de conocimiento se constituye en un “punto o zona ciega” en nuestra manera de abordar el liderazgo. Y, esta “ceguera” existe no sólo en nuestro liderazgo colectivo sino también en nuestras interacciones sociales, en el diario vivir. Pero esto es comprensible, si desconocemos esta “dimensión invisible”. Pero por el hecho de que no la veamos, no significa que no exista y que no la necesitemos. Pues sí queremos ser lideres efectivos, transformadores y con un alto impacto positivo, entonces necesitamos preguntarnos ¿Qué necesitamos para esto? ¿Cómo podríamos potenciar esta competencia y que tenga cimientos fuertes?

El liderazgo exitoso depende de la calidad de la atención e intención que un líder pone en cada situación ¡Así es! De la calidad de atención e intención, estas son “dos llaves” para abrir las puertas a un crecimiento exponencial de tu estilo de liderazgo. Por ejemplo: Dos líderes en la misma circunstancia haciendo exactamente lo mismo pueden generar resultados completamente diferentes, dependiendo de la raíz que habita en ese espacio interior desde el cual opera cada uno.

El experto en liderazgo del MIT, Otto Scharmer, del cual soy una gran admiradora, piensa que en esta era de disrupción, el liderazgo es percibir y dar forma al futuro. Para él la disrupción no es sólo una palabra de moda y en su libro “Leading from the Emerging Future” (Liderar desde el futuro que emerge) nos dice que vivimos en una era de cambios profundos: en los hábitos de pensamiento, de acción y de relación con los demás; una era en la que el futuro ya no será como el pasado.

Por eso, claramente puedo afirmar, inspirada en Scharmer, que la calidad de la atención e intención, que vienen desde nuestro interior, son un efectivo enfoque para gestionar el cambio. Dado que utiliza la introspección y el autoconocimiento como medios para desarrollar y adoptar nuevas ideas y métodos para el cambio organizacional.

Cuando descubrimos nuestra propia raíz de liderazgo, podemos impactar en cualquier cultura de negocios con una forma particular de escuchar, de estar presentes y de vivir la alteridad.

El liderazgo se trata de dar forma y modificar la manera como los individuos prestan atención a una situación y de manera subsecuente responden a la misma. Por eso antes de lograr esto en otros, debes hacerlo contigo mismo.

Te explico una forma de hacerlo, una forma para explorar tu raíz y te propongo enfocarte en 4 dimensiones claves:

  • Dirección: En cuanto a espacio, tiempo, orden afectivo y moral. Es todo lo que implica movimiento, duración y resultado de una acción. Por ejemplo: ¿Cuál es tu meta? ¿Qué quieres lograr? ¿Qué significa para ti? ¿Cuánto tiempo te llevará? ¿Cómo piensas dirigir? ¿Quién eres cuando diriges? 
  • Proximidad: Es la determinación (ubicación) precisa de lugar y tiempo. Por ejemplo: ¿Dónde y cuándo? ¿Qué tan cerca o qué tan lejos? ¿Cómo te relacionas con el cambio o con las cosas que permanecen? ¿Con quién lo harás? ¿Prefieres estar con el equipo o dirigir a distancia?
  • Finalidad: Es la intención para, el propósito, el fin. Por ejemplo: ¿Para qué quieres lograr esa meta? ¿Qué es lo que te mueve o impulsa? ¿Qué buscas o cuál es el fin de todo tu accionar, de tu esfuerzo? ¿De qué sirve? ¿Cuál seria el resultado? ¿En quién te convierte este propósito?
  • Relación: En comparación con, en relación con, a voluntad de, en vista de, de conformidad con, según, de acuerdo con. En otras palabras: Contiene los aspectos del vínculo y la forma de interacción entre quién emite el mensaje y quién lo recibe. Por ejemplo: ¿Dónde te sitúas con relación a los demás? ¿En un plano superior, igual o inferior? ¿Cómo te relacionas con el objetivo a lograr? ¿Cómo te comunicas y con qué frecuencia? ¿Qué es lo más importante? ¿Quién o quienes darán las ordenes?¿Qué no perdonas?                                                                                        

Espero que al explorar estas dimensiones notes qué tipo de líder eres y en quién te quieres convertir. Saber quien eres, autodescubrirte te hará consiente de tu propia raíz, cuales son tus prioridades a la hora de influir sobre los demás.

Aquí te dejo un check list para que vayas identificando qué tienes y qué te podría hacer falta:

  1. Te conoces a ti mismo.
  2. Desarrollas la capacidad de entender a los demás.
  3. Construyes equipos.
  4. Sabes dirigir personas.
  5. Gestionas el cambio.
  6. Predicas con el ejemplo.
  7. Asumes responsabilidades.
  8. Eres entregado, responsable y puntual.
  9. Sabes que eres un ser humano que posee debilidades y trabajas cada día para mejorarlas.
  10. No criticas a los demás cuando no están. Les llamas a una reunión y expresas con respeto lo que sientes.
  11. Tienes la capacidad de planear y dar seguimiento a los objetivos y metas que se desean alcanzar.
  12. Vives el principio de la alteridad.

Al finalizar te dejo con esta frase:

“El futuro no se construye sólo analizando el presente, sino modificándolo, pero su modificación comienza por imaginar el futuro. El que quiera cambiar su futuro debe comenzar por imaginarlo y, de manera retrospectiva, volver poco a poco al presente, identificando cuáles son las inercias que se deben romper y cuáles son los comportamientos, que se deben crear para alcanzar el futuro imaginado.”                Manuel Romo.

Hasta la próxima vez, y recuerda: Entrena tu ser, comienza tu hacer.

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