La cultura organizacional NO debe ser un accidente.

¡Trabajar en impulsar culturas organizacionales es un reto apasionante! Sin embargo, producto de mi experiencia puedo afirmar que no todos los directivos en las empresas tienen claro el potencial ¡enormeeee! que tiene desarrollarla intencionalmente y lo esencial que puede llegar a ser que sus miembros la comprendan, crean en ella y participen en su fortalecimiento.

La cultura organizacional sirve de marco de referencia para todos los miembros de la empresa, determinando las pautas acerca de cómo deben conducirse en la misma, cuáles son los rituales, hábitos, símbolos y maneras propias de hacer las cosas. Una manera de lograr la lealtad, orgullo y sentido de pertenencia de nuestro talento es compartiendo los sueños del fundador o los fundadores, de sus directivos, desde el corazón y no, desde la lógica y los números.

Cuando la cultura se fundamenta en, valores y normas, permite a cada uno de los colaboradores mantener conductas positivas dentro de la misma; asimismo, gracias a ella, incrementan su productividad y dan una buena imagen del lugar donde laboran, es decir, que también se puede lograr un exitoso sistema de gestión de la marca de la empresa, a través de ella, para atraer nuevo talento hacia la misma.

Mi consejo es repetir y repetir, hasta que todos la asimilen o se contagien de ella. Lo que resultará en que todos tengan las mismas prioridades dentro de la empresa, asuman sus responsabilidades con convicción y, trabajen de forma tal, que puedan sentirse orgullosos.