Mi Secreto matutino para combatir la depresión y vivir en plenitud

Hola a todos!

Hoy quiero compartirles uno de los hábitos más importantes de mi vida que me ayudan a mantenerme alejada de los estados de ánimo depresivos y me permiten construir una vida excepcionalmente buena, según mi propio entendimiento de lo que es bueno para mí.

La forma en que comienzas el día establece en gran medida cómo se desarrollará el resto de tu jornada. Mis tres acciones vitales para empezar el día son: tomar agua, oración y diálogo interior.

Después de tomar el agua que tengo reservada en mi mesita de noche, me quedo un ratito en la cama, ordenando mis ideas y orando.

¿Por qué tomar agua? Durante la noche, el cuerpo se deshidrata. Por ello, es importante mantenerse hidratado desde temprano. El agua activa reacciones químicas vitales en el organismo, favoreciendo que el cerebro se despierte y se mantenga alerta el resto del día.

Oración y diálogo interior: Mi oración comienza saludando a Dios Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Luego, inicio una oración semi-estructurada, respondiendo a las siguientes preguntas:

Pregunta #1: ¿Por qué estoy agradecida?

La ciencia confirma que la gratitud es el antídoto contra el miedo. Practicar el reconocimiento deliberado de nuestras bendiciones, por pequeñas que sean, nos ayuda a defendernos contra la negatividad. Esta pregunta asegura que demos gracias a Dios diariamente.

Pregunta #2: ¿Dónde voy avanzando o dónde estoy ganando?

Para fortalecer tu impulso y proteger tu alegría por la vida, es esencial celebrar constantemente tu progreso. Anota tus micro-victorias en una libreta o agenda, o simplemente dilo en voz alta. Son formas espléndidas de proteger tu esperanza y tu inspiración. Además, puedes pedirle a Dios que te ayude a mantener el rumbo en lo que haces bien y es agradable a Él, para que las influencias negativas no te desvíen de tu enfoque.

Pregunta #3: ¿Qué voy a dejar ir hoy?

No perdonar tus propios errores y albergar resentimiento hacia aquellos que te han hecho daño es llevar una carga innecesaria, es literalmente llevar una mochila muy pesada en la espalda. El perdón no justifica un mal comportamiento, en lo absoluto, sino que es entender que: todos hacen lo mejor que pueden en función de su nivel de conciencia, incluso si su mejor esfuerzo es un desastre.

Esta pregunta te permite cierta curación emocional y liberación para que no cargues con ese equipaje que te retrasa de un futuro más brillante.

Es crucial entender que nada nos puede lastimar sin nuestro propio consentimiento y que, si en un momento nos sentimos mal, somos nosotros quienes decidimos hasta cuándo nos sentiremos así. No son las cosas las que nos lastiman, sino cómo las vemos e interpretamos lo que hace que nos duelan. Deja ir, suelta un poquito cada día.

Soltar es, defenderte de la negatividad a través de la práctica regular de reconocer tus bendiciones. En este momento, ora como hijo o hija del Rey de Reyes, pide protección y la cobertura que nos da el Espíritu Santo. Y levántate de esa cama a tomar café y darte un rico baño.

Implementar estos hábitos en mi rutina matutina ha transformado mi vida. He aprendido a comenzar cada día con claridad, gratitud y enfoque, lo que me ha permitido enfrentar los desafíos con una perspectiva más positiva y una mente más abierta. Estos simples actos de autocuidado no solo mejoran mi estado de ánimo, sino que también me ayudan a construir una vida más plena y significativa.

Te invito a probar esta rutina y adaptarla a tus necesidades. La consistencia es clave, y con el tiempo, notarás cómo estos pequeños cambios pueden tener un gran impacto en tu bienestar emocional y mental.

¡Que cada mañana sea un nuevo comienzo lleno de posibilidades! Y recuerda, entrena tu ser, comienza tu hacer.

Hasta la próxima vez,