La autoconciencia y el impacto en el rendimiento de una persona

¡Hola querida TRIBU INTELIGENTE!

Quiero iniciar este artículo con algunas preguntas:

• ¿En qué medida estás familiarizado con tu propio comportamiento?
• ¿Conoces cómo te comportas y cómo tus talentos y habilidades se reflejan en tu vida diaria?
• ¿Cuál es la llave del comportamiento que te ayuda a ir más adelante, a tener un mayor performance?
• ¿Cómo te afecta la forma de ser de los demás?
• ¿Cuán preparado estás para entender el comportamiento de los demás en el trabajo y en tu propia casa?

 Hoy día el mundo laboral está lleno de palabras de moda y está inmerso en una gran variedad de temas de todo tipo. La inteligencia emocional no es algo ajeno a este vocabulario, pero a diferencia de las palabras que vienen y van, los estudios de investigación indican que existe mucho más profundidad en la inteligencia emocional de la que los expertos percibieron en un primer momento.

 En términos sencillos la inteligencia emocional de una persona queda reflejada en los cambios y reacciones ante situaciones inciertas y no tan inciertas, diría yo. Hoy en día sabemos que nuestro mundo está cambiando constante y consistentemente y, el nivel del coeficiente emocional de cada persona interviene en cada cambio al que se enfrenta, sin importar si es grande o pequeño, si es positivo o desafiante.

 Tener un coeficiente emocional alto no quiere decir que una persona no deba de enojarse o emocionarse por algún evento, solamente significa que será alguien que podrá recuperar la concientización en sus tareas habituales más rápido que una persona con un coeficiente emocional poco desarrollado.

 La autoconciencia o conciencia de sí mismo es la habilidad de reconocer y entender tus estados de ánimos, emociones e impulsos. Entendiendo cómo afectan estos a los demás, por ejemplo, conocer cómo te sientes y por qué, conocer cuáles son tus fortalezas y cuáles son tus límites.

 Los líderes de hoy necesitan tener una visión integral, es decir, tener la capacidad para valorar a las personas, a las tareas, a los sistemas y la manera en que se relaciona con el mundo. Esta habilidad también aplica para saber cómo te percibes a ti mismo, cuál es tu rol y cómo quieres que sea tu futuro.

 Identificar cuál es el lente que te ayuda a ver las cosas mejor a ti en particular, es mucho más difícil cuando no cuentas con una herramienta adecuada para ello. Cuando una persona es capaz de obtener y aprovechar esta información de una fuente confiable, como una evaluación conductual, podrá conocer mucho mejor cuál es su relación con el mundo.

Además, adquiere una competencia vital, que se llama autodirección que se refiere a cuando alguien puede claramente planear su futuro. Esta Indica, si puedes definir específicamente hacia dónde quiere ir y cuáles serán tus pasos para lograrlo. Las personas que pueden definir cuál es su futuro o a qué quieren definitivamente tienen un mayor rendimiento.

 Hoy te invito a trabaja tu inteligencia emocional, tu autoconciencia para poder enfrentar las curvas de la vida y estas a su vez se conviertan en impulsores de tu rendimiento.

 Olvida las palabras de moda, preocúpate y trabaja en tu autoconciencia, en tu comportamiento.  Tu vida, relaciones, trabajo, negocios se mueven alrededor de la forma en cómo te conduces. La importancia de tu comportamiento no puede seguir siendo subestimada, ni un área ciega de tu vida, de ella depende tu éxito.

Hasta la próxima vez. Entrena tu ser, comienza tu hacer.